Por: Leonardo Tello Imaina
Radio Ucamara
REPAM
04:37 am:
Esta madrugada desperté con un aburrimiento y con la cara ajada.
Ningún lado de la cama era cómoda.
Hace un buen tiempo que no sueño y eso me preocupa. Soñar es vital
para mí.
Dependiendo del sueño, el siguiente día se torna diferente. Muchas
cosas que el día anterior no estaban claras, con los sueños encuentran
claridad. Si no sueño, si no puedo soñar, algo está pasando. No se puede vivir
sin soñar. Todo nuestro ser, nuestro saber, nuestra cultura, nuestra sabiduría
se comunica a través del sueño. El sueño comunica, avisa, adelanta. El sueño te
conecta con el más allá, es conexión con los antepasados y con el futuro.
6:17 am:
Un poco de agua fría en la cara.
¿Por qué falla la comunicación?
Algo no está bien.
Foto: Leonardo Tello
Imaina
Cuenta el Teólogo Brasileño Leonardo
Boff, que en un congreso en la amazonia de Brasil, todos esperaban que hablara
un indígena, y pidieron que un líder anciano del pueblo Yanomami dijera algunas
palabras, pero este solo habló el último día y dijo:
He pasado estos días aquí escuchándoles todo lo que ustedes han
hablado, me resultó difícil y, todas las noches estuve atento a ver si soñaba,
pero no soñé; así que no puedo decirles nada, vuelvo a mi pueblo a ver si sueño
y cuando sueñe tendré algo que decir. (Líder
Yanomami)
Le preguntaron que tenía que ver
los sueños en esto; entonces, él contó dos de sus sueños:
Hace dos meses, dijo, soñé: que había en el fondo de la tierra Yanomami,
habían materiales que si quedaban ocultos no eran peligrosos; pero en mi sueño,
había grandes maquinas, enormes maquinas que sacaban los materiales, y estos
irradiaban luz y mataban todo a su alrededor. (Líder Yanomami)
El sueño de este líder Yanomami, mostraba su profunda
intuición con respecto a la existencia de un proyecto de explotación de
materiales radiactivos, especialmente uranio, en las tierras Yanomami. Antes
que lo hubieran descubierto, él ya lo había soñado.
Contó un segundo sueño:
Años atrás, soñé también
que había un gran hueco allá arriba, y que el sol lanzaba flechas que mataba
mucha gente hacia abajo. El anciano sabio me dijo que tapara ese hueco porque
iba matar mucha gente. (Líder Yanomami)
Meses después descubrieron los huecos de la capa de ozono.
Que es la comunicación?
La comunicación solo puede darse entre “gentes”?
Qué significa ser gente en la
amazonia y para los pueblos indígenas?
Muchos relatos inician así: “Antes, cuando los animales eran gente”.
“Antes”, no es un tiempo
específico, ni un año o años en particular. “Antes” es algo que ha pasado, no
importa hace cuantos días o años. El relato es tan ancestral como actual, como
los sueños premonitorios, porque están llenos de vivencias, llenas de visiones
y llenas de sabiduría de los pueblos.
Apaguemos las pantallas por un momento para pensar la
comunicación. Volvamos a lo que significa ser gente antes, ahora y en adelante,
para señalar el pasado como memoria viva y dadora de seguridad en el presente y
premonitora de acontecimientos.
Una persona es gente, un animal
es gente, un espíritu es gente, una planta es gente. Estas formas de ser gente,
hace que todos seamos hermanos. Ser persona no excluye otras formas de serlo.
Encontrando una forma de decirlo, “gente” es la que mejor puede ayudarnos a
comprenderlo. Entonces, si todos somos “gente”, es posible una comunicación
entre nosotros, un nosotros colectivo que establece códigos de comunicación y
normas de convivencia de respeto, valoración y dignidad.
Entonces, la misma amazonía ha
establecido formas de comunicación y de convivencia que ha permitido que cada
categoría de “”gentes” tenga algo que decir y exigir para asegurar su
existencia y su convivencia. Así cuenta don José Murayari (Kukama): la Lupuna (Ceiba pentandra), llamado
el papa tua (Abuelo lupuna), en
tiempos de la tala en el río Marañón, el Papa Tua, se dirigió al abuelo de don
José Murayari para pedirle que diga a los taladores que dejen de hacerlo. Si
acababan con ellas, quien iba a sanarles de enfermedades, quien iba proveer de
agua a los ríos y cochas. En ese momento la lupuna (gente) ha roto las
barreras establecidas para la comunicación. La lupuna se ha comunicado, ha
comunicado su malestar, el abuelo de don José ha escuchado con atención, el
siguiente paso será la atención a este reclamo. Dado que la comunicación ha
sido entre gentes, se respetara en adelante lo que la lupuna ha dicho.
Para comunicarse a este nivel hay
que pasar por un proceso de “curación”:
1. Aprender
a mirar: no es fácil, puedes pasarte horas y días sin ver nada, hay que estar
curado. Curarse es desarrollar la agudeza de la mirada para ver lo que a simple
vista no es nada. Donde un amazónico ve la presencia de la madre o espíritu del
rio, uno que no está curado, preparado, no verá nada.
2. Aprender
a sentir: involucra muchas cosas, compromete muchos sentidos, pero sobre todo es
despertar el espíritu. Estar curados para sentir, es descubrir que puedes
intuirlo, que puedes adelantarte a los acontecimientos. Un abuelo kukama me
contaba que él viviendo a más de 200 km. de su nieta, una noche pudo sentir que
ella no estaba bien de salud; entonces, alisto su bolso, tomo su remo y su
canoa para emprender un viaje al lugar donde su nieta vivía. Al llegar
descubrió que lo que había sentido de su nieta, era cierto. Llegó a tiempo y
pudo evitar que muriera.
3. Aprender
a oír: No es fácil oír, hay que estar curados. Curarse para oír, significa
aprender antes cada lenguaje con que se comunican las “gentes”, entonces, en
medio del bullicio o del silencio, podrás descubrir o escuchar los mensajes con
que las “gentes” y la misma amazonia se comunica.
Curarse es un proceso de desarrollo de los sentidos, de
afectividad y cercanía. Para comunicar y comunicarse, tenemos que hacer un
esfuerzo por curarnos.
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