miércoles, 8 de mayo de 2019




Kamatia


“Suwa gritó tan fuerte y al instante se llenó de ramas,
se quedó para siempre cargada de frutos convertida en un gran árbol”

Una forma de ser gente, no discrimina otras formas de serlo. Suwa es una mujer del pueblo Awajún. Suwa se convierte en un gran árbol, otra categoría de ser gente para seguir existiendo con un fin en este universo de gentes. Está claro que, al haber todo tipo de gentes, se genera también normas de convivencia, de respeto y valoración de las bondades y atributos de cada categoría de gentes. Una de las razones por el que nuestros pueblos han cuidado el mundo en que vivimos de manera armoniosa.

“Me pinto del color del gavilán, para ser una hábil cazadora,
en mi mocahua dibujo mis pechos, para convidar rico masato”

Algunos de los roles fundamentales de la mujer Shawi en espacios vitales como la caza y la preparación del masato, el arte, la cerámica y la vida que se genera en torno a estas actividades, cohesionan una rica cultura y el valor del compartir entre gentes.

“Tengo la fuerza que me dio mi madre, ella es el dulce en mi corazón,
somos la tierra, los niños, la vida, vamos a ir más alla… más allá del sol”

Si el corazón es dulce, la palabra y las acciones son dulces. Es lo que hace que las relaciones entre gentes sean de gentes realmente. Kamat+ia en legua kukama se dice a la primera leche materna. Es la leche que endulza la boca de las mujeres desde muy jóvenes; es la boca dulce que prepara el masato; es la dulzura que hace que las relaciones, el trabajo, la vida misma, sea armoniosa. Esta misma dulzura de la boca de la mujer Kukama, es el dulce del corazón. Tomar masato, es beber el dulce del corazón, la fortaleza, la bondad y la vida misma. (Ayaymama)


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