jueves, 9 de abril de 2015

EL LENGUAJE DE UNA AUDIENCIA:

a propósito de la vista oral sobre la hidrovía amazónica
Manolo Berjón
Miguel Ángel Cadenas

En noviembre 2014, un juez de Nauta obligó paralizar la hidrovía amazónica al gobierno peruano hasta que consulte con los pueblos indígenas afectados por la misma. El gobierno apeló y el 26 de marzo 2015 tuvo lugar la audiencia pública en segunda instancia en Iquitos. Por de pronto se suspendió la licitación y, según ellos, estamos en otra fase diferente. En esta nota haremos una sencilla aproximación desde el lenguaje. 

 © M. Berjón & M.A. Cadenas, 2014.


Nos llama la atención la utilización únicamente de dos idiomas: el castellano y el inglés. Dos idiomas herederos de la colonización. En inglés sólo se vertió una frase, con su traducción correspondiente. Sin embargo, nos parece importante señalarlo dado que consigue un efecto de “distinción” que refuerza el poder. Pese a estar implicado el pueblo kukama no se hizo utilización de este idioma indígena. Pero vayamos un poco más allá. El español no es neutro. Las palabras fueron pulcramente escogidas, con altos niveles de coherencia interna y desprovistas de emoción, excepto la retórica jurídica acostumbrada para persuadir a los magistrados. Se privilegió la fluidez de los discursos para establecer los significados. En determinadas ocasiones los pueblos indígenas muestran mayor interés en manifestar emociones que en transmitir contenidos, por lo que sus discursos difieren.
Para aclarar mejor nuestra interpretación quisiéramos señalar dos categorías étnicas presentes en la audiencia: población indígena, predominantemente kukama, pero acompañados por otros dirigentes indígenas de otras cuencas, y una “élite blanca local”, si se nos permite la expresión. Anotamos que gran parte de los abogados provenían de la ciudad de Lima, lo cual socava el término “local”. En este sentido, “local” lo asociamos a lo “nacional”. Somos conscientes de la equivocidad de los términos, equivocidad que no pretendemos soslayar ni disminuir, sino registrar y sacar a la luz.
El español utilizado es el estándar, el que se puede escuchar en cualquier lugar del planeta donde se hable este idioma, perfectamente comprensible por cualquier persona con un grado de instrucción media. Sin embargo, dado que se está dirimiendo un caso donde es afectada población indígena nos parece oportuno señalar las asimetrías del poder inherentes al lenguaje. El lenguaje no es neutro. Cada idioma, y cada grupo que utiliza el idioma, categoriza la realidad conforme a criterios propios. Por ejemplo, en el español loretano no se presta tanta atención a lo poseído, como al poseedor. Por eso es frecuente escuchar ‘sus casa’. En el español estándar no concuerda el número y es considerado un error, debería decir: ‘sus casas’. Sin embargo, en el castellano loretano la expresión ‘sus casa’ está indicando que varios poseedores tienen cada uno su propia casa, siendo admitido socialmente. Pues bien, esto es una influencia del idioma kukama sobre el castellano loretano (Vallejos Yopán 2014: 146-147). El consumismo tiende a dar más importancia a lo poseído que al poseedor, que siempre se encuentra insatisfecho porque su deseo está desbocado. Se cambia de celular regularmente dado que hay nuevas aplicaciones que deseamos, aunque en la práctica no sepamos utilizarlas. Este cambio sistemático de objetos tiende al desprendimiento para aligerar y generar más libertad al sujeto. Estamos en las antípodas del pensamiento indígena que privilegia al poseedor, al dueño. Otras categorías nos llevarían a fijarnos en el género, en kukama es de gran vitalidad e importancia, la necesidad de indicar el yo hablante, el nosotros inclusivo, ini, y exclusivo, tana/penu… Sirvan estos ejemplos para dar cuenta que la utilización del español difiere de unos a otros, y el manejo estándar del mismo no refleja ni lo que sucede en la audiencia (presencia de población indígena) ni lo que existe en la realidad (pueblos indígenas).

En la audiencia se conversó sobre los “malos pasos” de los ríos, lugares poco profundos. Bajo esta denominación se nos está connotando espacios inadecuados para el tránsito fluvial de grandes embarcaciones. En este sentido se está sugiriendo hacer algo para que el tránsito sea posible: dragar para convertir esos “malos pasos” en adecuados. En tal sentido, nos parece oportuno señalar la no-neutralidad del lenguaje. Aceptar la denominación de “malos pasos” acarrea validar una interpretación de la realidad sostenida por los funcionarios del Estado. Sin embargo, el pueblo kukama designa a estos espacios como “bancales”, lugares donde el pescado se reproduce. Por tanto, hay una necesidad de repensar las estrategias discursivas que validan el poder. La pretendida neutralidad de Suiza queda en entredicho cuando se escarba en las cuentas opacas de sus bancos que son utilizados para blanquear el dinero del tráfico de armas, por poner un ejemplo. No hay tal pretendida neutralidad del lenguaje. En nuestra opinión no es suficiente escuchar, dado que existen estrategias discursivas que necesitamos pensar como estrategias de poder, a no ser que pretendamos ser ingenuos y validemos la opción blanca como la única posible. Hay, por tanto, una batalla por el lenguaje que es fundamental y prioritaria para los pueblos indígenas. De igual manera se podría disertar sobre las quirumas, troncos de árboles clavados en el lecho de los ríos en lugares poco profundos, los meandros…
Para concluir, se insistió en varias oportunidades: “es un buen proyecto”. Otra vez la misma pregunta: ¿para quién? A nuestro parecer son varios los inconvenientes de este proyecto: no hay una línea base fiable sobre la que elaborar los Estudios de Impacto Ambiental y Social (EIAS). Por ejemplo, los científicos todavía no saben cómo es el comportamiento de los sedimentos, parece que se mueven como dunas de sedimentos teniendo un impacto sobre el equilibrio del río tanto hacia arriba como hacia abajo. Sin claridad no es posible elaborar una línea base, y todavía los científicos no lo han investigado. Por tanto, ¿no les parece demasiado pronto para elaborar un EIAS sobre datos poco fiables que pueda provocar un desastre ecológico? ¿No es conveniente esperar a aclarar todo esto? ¿Por qué tanta prisa: no será que el capital no puede esperar? Esto invalida cualquier decisión que se pueda tomar, al menos si pretende ser científica, dado que carecemos de estos datos. Segundo, invisibiliza a la población indígena. Se mire por donde se mire se perciben asimetrías de poder que, en nuestra opinión, los jueces también deben valorar y sopesar, si pretendemos que haya justicia. Terminamos soñando: una sentencia de los jueces bilingüe: español/kukama o kukama/español, si lo prefieren. Para eso existen los “traductores indígenas” capacitados por el Ministerio de Cultura: démosles trabajo.

- VALLEJOS YOPÁN, Rosa (2014), Interculturalidad. Los Kukama-Kukamiria y su rol en la cultura e historia de Loreto, 140-147, en VARIOS (2014), Iquitos, Telefónica del Perú.
 

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