a propósito de la vista oral sobre la hidrovía amazónica
Manolo Berjón
Miguel Ángel Cadenas
En noviembre 2014, un juez de
Nauta obligó paralizar la hidrovía amazónica al gobierno peruano hasta que
consulte con los pueblos indígenas afectados por la misma. El gobierno apeló y
el 26 de marzo 2015 tuvo lugar la audiencia pública en segunda instancia en
Iquitos. Por de pronto se suspendió la licitación y, según ellos, estamos en
otra fase diferente. En esta nota haremos una sencilla aproximación desde el
lenguaje.
© M. Berjón &
M.A. Cadenas, 2014.
Nos llama la atención la
utilización únicamente de dos idiomas: el castellano y el inglés. Dos idiomas
herederos de la colonización. En inglés sólo se vertió una frase, con su
traducción correspondiente. Sin embargo, nos parece importante señalarlo dado
que consigue un efecto de “distinción” que refuerza el poder. Pese a estar
implicado el pueblo kukama no se hizo utilización de este idioma indígena. Pero
vayamos un poco más allá. El español no es neutro. Las palabras fueron
pulcramente escogidas, con altos niveles de coherencia interna y desprovistas
de emoción, excepto la retórica jurídica acostumbrada para persuadir a los
magistrados. Se privilegió la fluidez de los discursos para establecer los
significados. En determinadas ocasiones los pueblos indígenas muestran mayor
interés en manifestar emociones que en transmitir contenidos, por lo que sus
discursos difieren.
Para aclarar mejor nuestra
interpretación quisiéramos señalar dos categorías étnicas presentes en la
audiencia: población indígena, predominantemente kukama, pero acompañados por
otros dirigentes indígenas de otras cuencas, y una “élite blanca local”, si se
nos permite la expresión. Anotamos que gran parte de los abogados provenían de
la ciudad de Lima, lo cual socava el término “local”. En este sentido, “local”
lo asociamos a lo “nacional”. Somos conscientes de la equivocidad de los
términos, equivocidad que no pretendemos soslayar ni disminuir, sino registrar
y sacar a la luz.
El español utilizado es el
estándar, el que se puede escuchar en cualquier lugar del planeta donde se
hable este idioma, perfectamente comprensible por cualquier persona con un
grado de instrucción media. Sin embargo, dado que se está dirimiendo un caso
donde es afectada población indígena nos parece oportuno señalar las asimetrías
del poder inherentes al lenguaje. El lenguaje no es neutro. Cada idioma, y cada
grupo que utiliza el idioma, categoriza la realidad conforme a criterios
propios. Por ejemplo, en el español loretano no se presta tanta atención a lo
poseído, como al poseedor. Por eso es frecuente escuchar ‘sus casa’. En el
español estándar no concuerda el número y es considerado un error, debería
decir: ‘sus casas’. Sin embargo, en el castellano loretano la expresión ‘sus
casa’ está indicando que varios poseedores tienen cada uno su propia casa,
siendo admitido socialmente. Pues bien, esto es una influencia del idioma
kukama sobre el castellano loretano (Vallejos Yopán 2014: 146-147). El
consumismo tiende a dar más importancia a lo poseído que al poseedor, que
siempre se encuentra insatisfecho porque su deseo está desbocado. Se cambia de
celular regularmente dado que hay nuevas aplicaciones que deseamos, aunque en
la práctica no sepamos utilizarlas. Este cambio sistemático de objetos tiende
al desprendimiento para aligerar y generar más libertad al sujeto. Estamos en
las antípodas del pensamiento indígena que privilegia al poseedor, al dueño. Otras
categorías nos llevarían a fijarnos en el género, en kukama es de gran
vitalidad e importancia, la necesidad de indicar el yo hablante, el nosotros
inclusivo, ini, y exclusivo, tana/penu… Sirvan estos ejemplos para
dar cuenta que la utilización del español difiere de unos a otros, y el manejo
estándar del mismo no refleja ni lo que sucede en la audiencia (presencia de
población indígena) ni lo que existe en la realidad (pueblos indígenas).
En la audiencia se conversó sobre
los “malos pasos” de los ríos, lugares poco profundos. Bajo esta denominación
se nos está connotando espacios inadecuados para el tránsito fluvial de grandes
embarcaciones. En este sentido se está sugiriendo hacer algo para que el
tránsito sea posible: dragar para convertir esos “malos pasos” en adecuados. En
tal sentido, nos parece oportuno señalar la no-neutralidad del lenguaje.
Aceptar la denominación de “malos pasos” acarrea validar una interpretación de
la realidad sostenida por los funcionarios del Estado. Sin embargo, el pueblo
kukama designa a estos espacios como “bancales”, lugares donde el pescado se reproduce.
Por tanto, hay una necesidad de repensar las estrategias discursivas que
validan el poder. La pretendida neutralidad de Suiza queda en entredicho cuando
se escarba en las cuentas opacas de sus bancos que son utilizados para
blanquear el dinero del tráfico de armas, por poner un ejemplo. No hay tal
pretendida neutralidad del lenguaje. En nuestra opinión no es suficiente
escuchar, dado que existen estrategias discursivas que necesitamos pensar como
estrategias de poder, a no ser que pretendamos ser ingenuos y validemos la
opción blanca como la única posible. Hay, por tanto, una batalla por el
lenguaje que es fundamental y prioritaria para los pueblos indígenas. De igual
manera se podría disertar sobre las quirumas, troncos de árboles clavados en el
lecho de los ríos en lugares poco profundos, los meandros…
Para concluir, se insistió en
varias oportunidades: “es un buen proyecto”. Otra vez la misma pregunta: ¿para
quién? A nuestro parecer son varios los inconvenientes de este proyecto: no hay
una línea base fiable sobre la que elaborar los Estudios de Impacto Ambiental y
Social (EIAS). Por ejemplo, los científicos todavía no saben cómo es el
comportamiento de los sedimentos, parece que se mueven como dunas de sedimentos
teniendo un impacto sobre el equilibrio del río tanto hacia arriba como hacia
abajo. Sin claridad no es posible elaborar una línea base, y todavía los
científicos no lo han investigado. Por tanto, ¿no les parece demasiado pronto
para elaborar un EIAS sobre datos poco fiables que pueda provocar un desastre
ecológico? ¿No es conveniente esperar a aclarar todo esto? ¿Por qué tanta
prisa: no será que el capital no puede esperar? Esto invalida cualquier
decisión que se pueda tomar, al menos si pretende ser científica, dado que
carecemos de estos datos. Segundo, invisibiliza a la población indígena. Se mire
por donde se mire se perciben asimetrías de poder que, en nuestra opinión, los
jueces también deben valorar y sopesar, si pretendemos que haya justicia.
Terminamos soñando: una sentencia de los jueces bilingüe: español/kukama o
kukama/español, si lo prefieren. Para eso existen los “traductores indígenas”
capacitados por el Ministerio de Cultura: démosles trabajo.
- VALLEJOS
YOPÁN, Rosa (2014), Interculturalidad. Los Kukama-Kukamiria y su rol en la
cultura e historia de Loreto, 140-147,
en VARIOS (2014), Iquitos, Telefónica del Perú.
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