miércoles, 29 de mayo de 2013

Memoria y Cuerpo presente
© Radio UCAMARA 2013






Ha muerto el abuelo
Se ha muerto el abuelo Miguel


¡¡Levántate abuelo!!
Aún no se pescar.
¡¡Levántate!!
Enséñame, antes de partir, a cruzar el río.

Cura mi brazo débil con tu soplo y que sea rojo y fuerte como el paiche.
Enséñame a caminar en el monte y a conversar con las plantas, los animales y los peces.
Antes de partir ve a la chacra y a la cocha con la abuela, dile que no estará sola.
Se ha muerto el abuelo Miguel.
Alrededor de su frío cuerpo lloran unos tímidos y opacos lamparines.
Su velorio es multitudinario, y su partida un río sin fondo.
Cerquita a su cuerpo un caminito, al final del camino el río, su canoa y su remo.
Nada ha dejado el abuelo Miguel, porque lo que tenía era de todos, así era feliz.
Se fue sin decir adiós porque él no sabía de adioses y despedidas.
Cuando el agua crecía y se terminaba la noche, el abuelo se fue nomás.
Un domingo de abril le enterraron, él no lo supo, porque ya se había ido.
En una lomita de tierra le enterraron, en la restinga y él no dijo nada.
Su silencio parecía silenciarlo todo, parecía tragarse las penas de todos.
Al pie de dos árboles de caoba le sembraron, lloraron las caobas,
Y le abrazaron y le acogieron y le dijeron ¡¡Abuelo!! ¡¡Abuelito!!
Se ha muerto el abuelo Miguel.
Vivía feliz en el Samiria, tomando masato, sembrando, soñando, teniendo hijos y nietos.
La abuela ve el horizonte y sus lágrimas no cesan, sus ojos brillan como cochas encantadas.
La mitad de su vida se ha ido, se le ha secado un poco el alma.
La abuela recuerda cómo luchó junto al abuelo cuando les quitaron sus tierras.
Cuando les prohibieron cazar en su propio huerto.
Se ha muerto el abuelo Miguel.
Contaba tristes historias de cuando llegaron los blancos.
Suspiraba profundamente, se miraba en el río, con los dedos se peinaba,
sonreía y por un momento se veía feliz.
Se ha muerto el abuelo Miguel.
Ya no habrá mañanitas cuñusqueras para él, se secaron las tinajas de masato.
Ya no habrá amaneceres y atardeceres para él, le cerraron el río y el cielo.
Se ha muerto el abuelo Miguel.

                                                                                                                                                  Ayaymama



Hacía muchos años que no asistía a un velatorio tan cargado de memoria, de vida, de llantos, que más que tristes, capaces de hacerte mirar como en una fuente todos los años pasados de
la vida de la comunidad en la memoria del difunto. La partida de alguien siempre es dolorosa en todas las culturas, pero este dolor no sería soportable sin la compañía de la familia y la comunidad. La viuda en este caso (la abuela), siente la partida del abuelo; pero, no puede dejarle ir sin que sepa lo mucho que ha significado vivir a su lado los más de 50 años, solo eso podrá mantenerla de pie. Entonces, cada tiempo entre las conversaciones de los presentes y sueños de los niños que duermen en el piso, la abuela llora y su llanto conmueve hasta las entrañas, mientras va narrando, volviendo a vivir, recordándole al abuelo cada instante de sus vidas. Entonces, la familia y la comunidad, no solo hacen memoria de los acontecimientos en torno a la vida de la comunidad, también el valor del trabajo y el compartir humano del difunto durante sus años de vida con la comunidad. El llanto mueve los hilos más finos de la sensibilidad, entonces cuando ha logrado esto, las narraciones de la abuela hacen su trabajo. De esta manera, no se olvida a las personas y a los familiares que han muerto, no se olvida por años que hayan pasado el lugar donde han sido sembrados sus cuerpos. Don Miguel Lancha Murayari (80), ha sido enterrado fuera del cementerio, el lugar está inundado por la creciente del río Marañón este año. En una pequeña restinga (lugar no inundado) a unos minutos de la Comunidad de San Martín de Tipishca, está el lugar, casi no se nota, rodeado de agua hemos tenido que caminar con los pies descalzos.

La selva vacía?

De qué están hablando?
Qué quieren decir con eso?
No hay espacios vacíos en la selva. Desde el lugar donde el abuelo Miguel ha sido sembrado, la comunidad, las restingas, el río, la tipishca, el bosque, todo está habitado, todos nos relacionamos y no de cualquier forma, de la mejor forma, como hermanos, parientes, como habitantes de estos espacios que jamás han estado vacíos. Por esta misma razón se dan los conflictos entre nuestras comunidades, las empresas y el Estado; piensan que vivimos en un espacio vacío; por lo tanto, hay que explotar las riquezas que estos espacios vacíos poseen. Es lo único que importa al Estado.

La muerte del abuelo Miguel me recuerda las tantas reuniones sobre la consulta previa. Al abuelo nadie le consultó cuando el Estado decidió declarar su territorio como Reserva Nacional Pacaya-Samiria. Poco a poco le despojaron de lo más preciado que poseía, su territorio, el mismo que compartía con todos sus hermanos, con los animales, peces y espíritus. Le obligaron a vivir en una pequeña restinga “San Martín de Tipishca”. Le fueron sacando y prohibiendo sistemáticamente para dársela a las petroleras, para dejar en manos de los madereros y los traficantes de pieles y otras especies. El abuelo solo tenía su remo y su canoa, solo eso le permitieron tener.

En su memoria y en la de tantos que partieron, esperamos que sus tierras sean devueltas a sus verdaderos dueños, a quienes si supieron cuidarla y respetarla. En su memoria esperamos que los gobiernos sean más humanos, más gente, como lo fue el abuelo. Como lo fueron nuestros antepasados, como queremos seguir siéndolo las generaciones actuales y las venideras.

En los últimos años, mucho se ha dicho de lo maravilloso que es la Amazonía, del turismo, de la biodiversidad, del petróleo, del crecimiento económico, pero jamás se ha dicho que lo maravilloso es su gente y al lado de su gente toda la riqueza que existe. Un minuto de silencio por la muerte del abuelo Miguel, para muchos gritos que vendrán para salvar de la muerte a nuestra amazonia de las manos de los que solo pretenden saquearla a cualquier precio.


© Radio UCAMARA 2013 



Por: Leonardo Tello Imaina
Radio UCAMARA 98.7 FM
Instituto de Promoción Social Amazónica
Nauta-Loreto
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