Carlos Soria Docente PUCP y UNALM.
Hernando De Soto ha venido
apareciendo en los medios, participando en la campaña política y más
recientemente firmando convenio con el gobierno regional de Loreto para
promover la titulación individual en vez de la titulación comunal. En la
práctica los gobiernos latinoamericanos han promovido la titulación individual
desde Bolívar hasta Alan García y por supuesto Pinochet y Fujimori. Aun así la
propiedad comunal ha seguido existiendo y titulándose muchas veces gracias al
esfuerzo de las propias comunidades nativas, sus federaciones, las ongs que los
apoyan y algunos gobiernos regionales. En el adelanto de su nuevo libro, La
Amazonia no es Avatar, De Soto se pregunta si hay que expulsar a los invasores
foráneos o es, por el contrario, necesario corregir la situación de
desprotección que tienen los pueblos indígenas. Coincido que es la situación de
desprotección la que hay que corregir. La pregunta velada es si el mercado va a
proveer esa protección o si esta protección debe derivar de una política
pública que cumpla los estándares del derecho de los pueblos indígenas, que son
derechos constitucionales.
1. De Soto despotrica
contra las deficiencias del Estado, planteando que un registro y un papel que
tenga valor en el mercado van a proveer las necesidades de los pueblos
indígenas. En primer lugar, la necesidad económica de los pueblos indígenas es
grande pero las deficiencias de la política pública son mucho más graves. El
mandato del derecho de los pueblos indígenas es proveer al bienestar de los
pueblos indígenas. Este derecho de los pueblos indígenas es concordante con el
sistema universal y el interamericano de derechos humanos y ha establecido
muchas pautas y lineamientos de cómo deben actuar los estados en la política publica
indígena. Este derecho de los pueblos indígenas no parte de un diagnostico
gaseoso del deber ser como único criterio, como lo hace De Soto sin citar
bibliografía de respaldo, sino que conjuga el deber ser con un análisis
antropológico, jurídico e histórico que recomienda que el Estado debe ser un
facilitador de ese bienestar que se busca alcanzar para los pueblos indígenas.
2. De Soto nos dice y con
razón que es el Derecho el que puede proveer la protección necesaria de estas
personas. Solo que él apuesta por el derecho empresarial y pretende obviar la
existencia de un derecho de los pueblos indígenas que ya provee la protección a
estos pueblos, lo que sucede es que los Estados con administraciones que
ejercen la discriminación han seguido la lógica del desamparo.
3. De Soto indica que los
indígenas no rechazan la globalización pero quieren los beneficios. Es cierto que un número
importante de miembros de los pueblos indígenas prefieren los beneficios de la globalización, en
particular, los más articulados al mercado y, de entre ellos, los más jóvenes, que son mayoría por la
alta tasa de crecimiento de la población amazónica. Pero también hay que tener claro que los
indígenas necesitan derechos no solo para hacer empresa sino para hacer mil cosas más. Desde
respetar sus territorios, acceso a mejor educación intercultural bilingüe, acceso a
mejores servicios de salud, prevención de la violencia y el delito, infraestructura, participación y reconocimiento
de derechos en políticas públicas.
4. De Soto introduce en su
discurso términos como entropía y biodiversidad mostrando que ha comenzado a leer el ABC del
pensamiento ambiental, sin embargo, luego apelar a la naturaleza para darse la razón, introduce la
noción de que la biodiversidad está protegida por una epidermis que la separa y defiende del caos
universal. Aquí sería necesario
que una afirmación de tal importancia cite sustento académico pues la literatura más bien señala que en la
Amazonia ocurren procesos de degradación intensos del ecosistema, incluida la biodiversidad,
más aun ahora que hay casi 100 contratos petroleros y otras industrias extractivas operando
simultáneamente. Tan afectada está la biodiversidad que hay tratados internacionales que regulan
su comercio, como la Convención Internacional para el Tráfico de Especies Amenazadas CITES.
El respeto de sus derechos, en términos de biocomercio, significa que se requiera su
consentimiento previo, libre e informado y se les de participación en los beneficios que generen los
acuerdos contractuales emergentes.
5. De Soto afirma que ´Los
indígenas o se arman de elementos de derecho necesarios para convertirse en sistemas abiertos que
presentan diversidad a través de las combinaciones de recursos o desaparecen gradualmente
como pueblos´. De Soto pretende
ignorar que los pueblos indígenas están articulados al mercado mundial desde la primera globalización de los siglos XV
y XVI. Este predicamento intolerante que condena a la extinción a quienes no adopten su
credo felizmente es solo un efecto especial que usa De Soto pero es cuestionado por la pervivencia
de los pueblos indígenas 400 años después de que la población indígena fuera diezmada. La modernidad se puede dar a lo largo
y progresivamente en más anchos procesos de articulación de los mercados nacional, regionales y
locales. La modernidad que pregona De Soto ya existe en la Amazonia. Ahora bien, esa modernidad
no ha traído ventajas para los pueblos indígenas en aislamiento o contacto inicial, ellos,
más bien, necesitan protección irrestricta de su territorio mediante la garantía de la
intangibilidad del área. Ello es necesario tanto por razones sociales, como ecosistémicas.
6. Luego De Soto afirma
que quienes se enfrenten a la globalización sin derechos empresariales serán desplazados por aquellos que sí
los tienen. Se pregunta si los indígenas tienen las propiedades y empresas para
protegerse.
En el caso del rio
Tambopata, en la Reserva Nacional Tambopata, que se conecta con Puerto Maldonado y el circuito aéreo Lima
Cusco, las comunidades nativas han desarrollado empresas en asociación con inversionistas en turismo
articulados con operadores internacionales especializados.
Estas asociaciones aportan al crecimiento económico de miembros de las comunidades nativas, generalmente
algunos grupos familiares, pero es difícil que todos los miembros de la comunidad reciban
beneficios. Los beneficios derivan de regalías cuando las hay, compensación, indemnización o trabajo,
es decir, el alquiler de tierras para el albergue, el uso del recurso o el pago de salarios. Así
pues no todos desean priorizar la venta de su mano de obra en dicha actividad, algunos prefieren
continuar realizando otras actividades o también porque sus grupos familiares no han tenido
interés o acceso al proceso de información para participar de la operación.
7. A continuación De Soto
dice que los títulos no dicen donde se ubican. Algunos títulos muy antiguos pueden no
decirlo, pero para eso se va a campo a hacer la demarcación del territorio. Aquí se
jalaron los informantes de De Soto, tan si sabe dónde están que existe una base de datos llamada
Sistema de Información de las Comunidades Nativas de la Amazonia SICNA del Instituto del Bien
Común IBC (www.ibcperu.org) que
está disponible en internet y es
tan útil que incluso ha sido invitado por el MINAM a ser parte del repositorio
de información geográfica que
mantiene el ministerio.
8. De Soto dice que los
títulos no son oponibles a terceros y presentan problemas de superposición entre ellos. Los títulos sí son oponibles a
terceros. Otra cosa es que el Estado neoliberal haya pretendido pasar por alto estos derechos como tan
claramente lo dijo Alan García varias veces, incluso horas antes de los sucesos del 5 de junio del
2009. Para todos los problemas de demarcación, superposición y registro, la alternativa es un
proyecto concertado desde la autoridad para escuchar a los indígenas, al registro y a otros actores, y a fin
de proponer las reformas necesarias al ejecutivo y al congreso.
9. De Soto afirma luego
que el sistema de titulación es un proceso costoso y largo. Sí gracias al Estado y al mercado que
priorizan a los actores económicos, en particular ciertos actores más poderosos antes que
cumplir con la titulación que ordena la Constitución y desarrollar políticas públicas que atiendan los
derechos de los pueblos indígenas en el marco del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
Durante el gobierno de García casi no se ha titulado a pesar
que post Bagua se anunció 11 millones de soles para titular 169 comunidades
nativas. La Comunidad Nativa
Puerto Azul del pueblo Cacataibo espera una ampliación desde 1991 mientras el Estado en 2004 ha entregado 4
concesiones forestales sobre el área solicitada por la comunidad nativa.
10. De Soto señala que no
se puede determinar quién es propietario, quién es comunero, quién tiene diferentes derechos en cada
comunidad.
No es cierto. En primer
lugar la asamblea general de la comunidad nativa es la propietaria de la tierra comunal. Esta asamblea ordena a
la directiva comunal a asignar tierras en posesión donde construyen, con sus manos y las de sus
compañeros comuneros, sus casas y sus chacras. Esos bienes, el edificio de la casa pero no
el terreno así como los frutos de las chacras pero no el terreno, así como sus herramientas y
equipos son de propiedad privada. La tierra y los recursos son comunales, mientras que los frutos
del trabajo individual son de apropiación individual, aun cuando hay reglas de redistribución
del excedente y demás temas antropológicos. Esto ya lo dice Malinowski en sus estudios
antropológicos hace ya casi cien años.
11. A seguir De Soto
plantea nuevamente que al no compartir el derecho empresarial los indígenas viven en una esfera de apartheid
económico infértil. La verdad es
que la situación económica, política, de seguridad, infraestructura e
institucionalidad en la que viven
los pueblos indígenas no se resuelve con elementos de derecho empresarial sino muy por el contrario requieren de un
análisis más complejo desde los diversos sectores de las políticas públicas.
12. A continuación De Soto
argumenta que al no poder hacer empresa el indígena no puede alejarse de su comunidad y
relacionarse con otras empresas, usar títulos valores, llevar libros contables. Las empresas de propiedad de indígenas
y los indígenas emprendedores existen en la medida que estas personas están más articulados
al mercado por la economía y la geografía. Pero esa realidad no es la de TODOS los miembros de las
comunidades nativas, sino que hay una diversidad de situaciones que van desde el pueblo en
aislamiento o contacto inicial cuya lengua y cultura no conocemos hasta el indígena que ha
viajado internacionalmente desarrollando negocios exitosos en países europeos y americanos de
altos niveles de ingreso. Y esto lo han hecho no porque se haya repartido empresas como pan y
circo sino porque los indígenas han superado las barreras que los siguen afectando y han creado
sus empresas. Imagínense si las políticas públicas permitieran priorizar la atención
hacia ellos.
13. De soto plantea una
serie de mitos que existen sobre estos temas. El sétimo mito que señala seria que la cosmovisión indígena es
incompatible con la globalización. De Soto responde que hace 60 años también se decía que la
sociedad japonesa nunca funcionaría fuera del sistema feudal, y que los árabes y los esquimales solo
podían organizarse tribalmente. Nuevamente
él plantea como mito algo que nadie ha dicho, no cita fuente y generaliza. Los pueblos indígenas se adaptan tanto
como cualquier sociedad, lo que no podemos hacer es vender su tierra, deforestar su territorio y
pretender que puedan beneficiarse de ello. Para los aislados y en contacto inicial se aplica el
principio de no contacto, es decir no entrar en sus tierras y el principio de autonomía que les permite
definir las prioridades de su propio desarrollo. Cuando los aislados lo desean, sea por diversas
circunstancias, establecen contacto con poblaciones asentadas y pasan a mantener visitas periódicas
y eventualmente asentarse. Este proceso puede tomar tiempo. Acelerar el proceso por la vía
de establecer lotes petroleros sobre sus tierras tiene riesgos epidemiológicos
mortales para estos individuos o sus grupos.
14. Hacia el cierre de la
nota De Soto se pregunta ¿por qué se crean los mitos de Avatar? Señala que son
los “expertos” quienes actúan con “virulencia” cuando los que no lo son (se
incluye) tratan de aportar ideas. La experiencia le ha enseñado,
dice,” que en todos los continentes, cuando a los excluidos se les da las
herramientas legales, políticas y técnicas que les permitan organizarse y
expresarse por sí mismos, saben perfectamente cómo vincularse con ventaja sobre
el resto del mundo”.
Sí, pero hay mejores
herramientas que vender sus tierras. Se puede darles acciones para participar
de regalías al 5% u alrededor y con ello se puede financiar las tan deseadas
becas de estudio en la universidad o proyectos sostenibles de desarrollo.
Vender la tierra los expulsa hacia la ciudad o poblados intermedios a ser
pobres rurales afectados por el desamparo. Si hay casos exitosos de individuos
indígenas y empresas familiares, un programa de apoyo a ellos sería muy útil.
Claro que los indígenas cambian (incluso los PIA y CI) pero la vía del
electroshock no debe ser una propuesta para todos sino que es útil en algunos
casos.
15. Finalmente De Soto se
pregunta ¿por qué la mayoría de nosotros no nos enteramos de las
reivindicaciones de los pueblos amazónicos y nos identificamos con estas
demandas? ¿Acaso no han venido protestando frecuentemente? ¿No será que sus
demandas son expropiadas y retransmitidas por quienes creen que los indígenas
no deben cambiar, y que crear riqueza los priva de su identidad? ¿Cómo hacer
para que los marginados de la Amazonia dialoguen con aquellos que pueden
ayudarlos a transitar hacia la modernidad? De Soto plantea la tesis de la
manipulación, el contrabando ideológico y la expropiación del discurso de los
indígenas. En Perú, los líderes indígenas son gobernantes de su historia y de
su devenir político desde los ochentas cuando sus organizaciones se
consolidaron y expandieron por toda la región. Si bien en los 1960s, cuando se
inició el movimiento indígena amazónico, se podría decir que los antropólogos
estaban demasiado cerca de estos procesos, ya hacia los ochentas los indígenas
toman control de esta relación y precisamente en 1990 los lideres de COICA
arrinconaron al movimiento ambiental en Washington DC, y le plantearon una
alianza que les permitiera tomar más control de lo que sucede con los proyectos
de conservación en la Amazonia y su apoyo al movimiento indígena amazónico. De
manera que estos mitos salen de la cabeza de De Soto solo para buscar
desacreditar a su oposición pero sin citar fuentes. Algunas industrias desean
el suelo y subsuelo (agro, minería), mientras que a otros les basta con comprar
la producción y no les interesa la propiedad de la tierra. No es que De Soto
desconozca, solo que nos muestra solo lo que le interesa.
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